sábado, 12 de diciembre de 2009

ESTADOS DE CONSCIENCIA

¿Estamos despiertos?
Alfred Orage


¿Cómo nos podríamos probar a nosotros mismos, en un momento cualquiera, que no estamos dormidos y soñando? Las circunstancias de la vida son a veces tan fantásticas como las de los sueños, y cambian con la misma rapidez. ¿Qué pasaría si nos despertáramos y encontrásemos que nuestra vida despiertos es un sueño, y que nuestro dormir y soñar son sólo sueños dentro

de ese sueño?

Hay una doctrina tradicional, generalmente asociada a la religión, pero que antes y ahora ha sido tema recurrente en la literatura, que dice que nuestro estar despierto habitual no es realmente estar despierto. No es el sueño nocturno, ciertamente, y tampoco es sonambulismo o caminar dormido, pero es, según la tradición, una manera especial de dormir comparable a un trance hipnótico en el cual, sin embargo, no hay hipnotismo sino solamente sugestión o autosugestión. Primero nos dice que, desde el momento del nacimiento y antes, estamos bajo la sugestión de que no estamos totalmente despiertos, y a nivel universal es sugerido a nuestra consciencia que debemos soñar el sueño de este mundo, tal como lo sueñan nuestros padres y amigos. Los niños pequeños, es notorio, encuentran difícil distinguir a primera vista entre esta fantasía, o sea sus sueños de día, y el sueño en el que viven sus padres y que ellos llaman realidad. Más tarde, en la niñez, cuando la sugestión original ha sido incorporada, la autosugestión nos mantiene en este estado más o menos continuamente. Nuestros amigos y vecinos, y todos los
objetos que percibimos, actúan como soporíficos y sugestiones de sueño. Nunca más, como ocurrió en nuestra niñez, ponemos en duda lo que nuestros ojos nos muestran como la realidad de este mundo. Estamos totalmente convencidos de que es no sólo real, sino que no hay otra realidad. Soñamos sin poner en duda que estamos despiertos.

La religión, obviamente, presupone que la vida terrestre es un modo de dormir desde el cual es posible despertar a la vida eterna. El Nuevo Testamento, por ejemplo, constantemente usa las imágenes de dormir y despertar. De acuerdo a los Evangelios y a las Epístolas, nos dormimos con Adán y despertamos con Cristo, y la Doctrina nos dice en forma repetitiva que deberíamos esforzamos por despertar desde nuestro estado de vigilia presente y «nacer de nuevo». En la literatura han explotado esta idea lbsen y H. G. Wells entre otros escritores. La obra de teatro de Ibsen "Cuando los Muertos Despertamos", y la novela de Wells "El Durmiente Despierta", suponen en sus propios títulos que los seres humanos estamos dormidos; pero que podemos despertar.
Es naturalmente difícil, por supuesto, convencernos de que estamos dormidos. Una persona dormida, en la mitad de un sueño, no puede despertarse por sí misma. El sueño puede ser tan desagradable que lo despierta naturalmente o se le debe remecer para que despierte. Muy rara vez nos podemos despertar voluntariamente. Es aún más difícil hacerlo desde un sueño hipnótico. Y si es difícil despertar a voluntad de estos estados de sueño leve, podemos imaginar la dificultad de despertar voluntariamente del profundo dormir y soñar de nuestra vigilia normal.
¿Pero, cómo convencernos a nosotros mismos de que realmente estamos en un sueño cuando nos parece que estamos en verdad despiertos? Comparando los dos estados de consciencia principales que conocemos y observando sus similitudes, ¿cuáles son las características más destacadas de nuestro dormir ordinario, tal como las conocemos a través de los sueños que recordamos? El sueño ocurre, es decir, nunca lo iniciamos deliberadamente ni creamos sus figuras y eventos. En esto se parece a la vida en vigilia, por cuanto no predeterminamos nuestras experiencias, ni creamos o inventamos las personas ni los eventos con que nos encontramos día a día.

Otro elemento común de nuestro dormir y nuestra vigilia es la variabilidad de nuestra conducta. A veces nos horrorizamos o nos sentimos complacidos recordando cómo nos comportamos en determinado sueño. Es verdad que cualquiera que haya sido nuestra conducta, humillando o halagando nuestro orgullo, no lo habríamos podido hacer de otra manera. Nuestro disgusto o satisfacción es solamente un resultado de la presunta revelación de nuestro ser inconsciente. ¿Pero cómo, fundamentalmente, estos hechos difieren de lo que ocurre en nuestro sueño del estado de vigilia? En el soñar despierto también alternamos entre una lamentable o una buena imagen de nosotros mismos, no por una decisión predeterminada sino porque así sucede, y nuestro desagrado o satisfacción es igualmente contingente en el efecto que el episodio tiene sobre nuestro orgullo. Pero, ¿podemos decir verdaderamente y a priori que, sea lo que sea que pase, deberíamos comportamos así y asá y no de otra forma? ¿No estamos sujetos a la sugestión del momento, siendo proclives a dejarnos alejar de nuestra resolución por la ira, envidia o entusiasmo? Exactamente como en un sueño nocturno, nuestra vida en vigilia siempre nos toma por sorpresa, y nos comportamos constantemente como ni siquiera imaginamos que podríamos hacerlo. Tampoco, mirando en retrospectiva, podemos realmente decir que lo habríamos hecho mejor o peor en una situación pasada. Si se repitiera, no tendríamos duda alguna de poder hacerlo mejor. Pero tomándola tal como fue, con nosotros tal como éramos en ese momento, no habría sido diferente de lo experimentado en un sueño nocturno.

El examen serio de los paralelismos existentes entre los estados de sueño y vigilia revela muchas más similitudes. Sólo se necesita mencionar una más: la manera en que nuestra memoria recuerda los dos estados es muy semejante. Es cierto que de nuestro estado de vigilia conservamos los recuerdos de manera más o menos continua, mientras que nuestra vida de sueños es una serie de recuerdos discontinuos. Aparte de esta diferencia específica, nuestra facultad de memoria parece comportarse de la misma manera en ambos tipos de experiencia. Todos sabemos lo difícil que es evocar a voluntad un sueño de la noche anterior, por vívido que haya sido y aunque todos sus detalles hayan estado en nuestra mente al despertar. En un instante desaparece por completo, sin dejar rastros. La memoria de lo vivido en nuestro estado de vigilia no es tan engañosa ni caprichosa en cuanto a sus características principales, pero ¿es tan vivido hoy día un recuerdo de ayer? Vimos claramente miles de objetos, probablemente incluso les prestamos atención. Escuchamos conversaciones, hablamos, vimos hombres y cosas en las calles, leímos libros o periódicos, escribimos cartas, comimos y bebimos, e hicimos o percibimos una cantidad, que nadie puede enumerar, de objetos y actos. Esto ocurrió apenas ayer, fue el vívido sueño despierto de ayer. ¿Cuántos de estos detalles permanecen en nuestra memoria hoy día? ¿Cuántos podríamos recordar si nos esforzáramos? Tan completamente como los sueños nocturnos, la masa de sueños despiertos cae en el olvido de nuestro inconsciente.

Puede temerse que haya algo mórbido en las especulaciones anteriores, y que realizar un esfuerzo por ver nuestra vida despiertos como si fuera sólo una forma especial de dormir, debería disminuir la importancia que ella tiene para nosotros, y viceversa. Pero esta actitud hacia un posible y probable hecho es en sí misma mórbidamente tímida. La verdad es que así como en los sueños nocturnos el primer síntoma del despertar es la sospecha de que estamos soñando, el primer síntoma del despertar del estado de vigilia -el segundo despertar de la religión- es la sospecha de que nuestro estado de vigilia presente es como estar soñando. Darnos cuenta de que estamos dormidos es estar a punto de despertar, y estar enterados de que estamos sólo parcialmente despiertos es la primera condición para que logremos estar más plenamente despiertos.


A. R. Orage

sábado, 5 de diciembre de 2009

Biografía de George I. Gurdjieff

2da. Parte

En 1914 aparece "Vislumbres de la Verdad" que hoy se encuentra en el libro Perspectivas desde un Mundo Real, fué primer relato (anónimo) sobre el pensamiento de Gurdjieff (bajo su supervisión).
Es en Moscú, en la primavera de 1915, cuando se produce encuentro Ouspensky con Gurdjieff, luego los contactos entre ambos son esporádicos.
Ouspensky se convertiría en el principal difusor del Cuarto Camino en occidente (EUA, y Europa)
Ouspensky posee una formación científica.
Ha publicado en 1909 el libro Tertium Organum sobre la cuarta dimensión.
En la esperanza de encontrar en oriente una respuesta a las preguntas a las cuales, según él, la ciencia de occidente no aportaba solución, emprendió un viaje por la India y Ceilán.
Regresó de su viaje convencido de que su búsqueda no era vana y que efectivamente había algo en oriente, pero “que el secreto estaba guardado mucho más profundamente y mucho mejor de lo que él había previsto”.
Estaba preparando un nuevo viaje al Asia central rusa y Persia, cuando le hablan del sorprendente personaje recientemente aparecido en Moscú. Su primera entrevista con Gurdjieff modificaría todos sus planes.

“Lo recuerdo muy bien. Habíamos llegado a un pequeño café, alejado del centro de la ciudad, en una calle bulliciosa. Vi a un hombre que ya no era joven, de tipo oriental, con bigotes negros y ojos penetrantes. En primer término me asombró porque parecía estar completamente fuera de sitio en tal lugar y dentro de tal atmósfera."
Ninguna de las preguntas que Ouspensky le hizo, confundió a Gurdjieff. Persuadido de que ese hombre podía ser el camino hacia el conocimiento que el había buscado en vano en oriente, Ouspensky se hizo discípulo de Gurdjieff
La actitud de Gurdjieff hacia la iniciación fue firmemente expuesta en la primera declaración de sus ideas, escrita en 1914 por un alumno de Moscú y llamada “Vislumbres de la verdad”.
Entre los ingleses que se le unieron, se destaca la figura de Orage. Había vendido, para venir al Prieuré, su revista The New Age, en la que, según Bernard Shaw, había demostrado durante catorce años ser "el más brillante ensayista de ese tiempo".
Nada le era ajeno, ni en el dominio literario ni en el dominio económico. Para muchos jóvenes escritores Orage había sido más que un consejero: una especie de hermano mayor.
Orage, alumno y amigo de Gurjieff dijo: "Gurdjieff ha enterrado un hueso en sus trabajos. Somos como perros que sienten el olor del hueso pero no pueden encontrarlo. Si tenemos suficiente hambre, seguiremos escarbando hasta que lo encontremos. Y cuando lo logremos, ya no seremos perros, sino hombres”



El grupo de estudiantes nómada: debido a la Revolución rusa:

Alexandre Salzmann era pintor y decorador de teatro. Su mujer era francesa. Fue ella quien en lo sucesivo haría conocer el pensamiento de Gurdjieff en Francia y le traería los grupos a los cuales él transmitió su enseñanza, en París, después de cerrar el Prieuré.

En 1917 viaja hacia Essentuki (Cáucaso) y 2da. fundación del Instituto, luego en 1919 parte el grupo (la Sra. J.O. Ostrowska, los Stjoernval y los De Hartmann más Alexandre y Jeanne de Salzmann) hacia Tiflis (Georgia) 3ra. fundación del Instituto.
Después, por problemas políticos parten hacia Constantinopla donde son recibidos por Ouspensky (y el grupo de alumnos de éste).



También Margaret Anderson formó parte de ese grupo, dos años después. Ella había fundado en 1914 en Nueva York, una revista de vanguardia, The Little Review, con la cual había hecho conocer en América a Apollinaire, Cocteau, Gide, Satie, Schoenberg, Picasso, Modigliani, Braque... Hasta había corrido el riesgo de ir a la cárcel por haber osado publicar el Ulises de James Joyce. Llegada al punto en que ya no podía satisfacerse únicamente con los refinamientos del espíritu, decidió también unirse a Gurdjieff.

Pasado un tiempo se separan y el grupo viaja a Berlín, luego Londres, sin buenos resultados y finalmente se asientan en París.

En 1922, compran el Château du Prieuré (Fontaine Blue)a la viuda de Maitre Labón el abogado de Dreyfus, cerca de Fontainebleau, en París, donde se reabre su Instituto para el Desarrollo Armonioso del Hombre.
Acondicionan la mansión para poder realizar sus prácticas (con un gimnasio y un teatro) y aparece la casa de estudios (Study House).
Ellos son los filósofos del bosque.

Los esposos Salzmann se encargan de la "publicidad" de Gurdjieff en los círculos franceses.

En esos años de post guerra, cuando tantas ilusiones se habían desvanecido, el Occidente tenía una profunda necesidad de certidumbres. Los ingleses fueron los primeros en acudir al Prieuré, atraídos por P.D.Ouspensky (escritor ruso nacido en 1877, fallecido en Londres en 1947). Luego se sumaron a ellos unos americanos.


Críticos, editores, médicos, la mayoría tenía nombre conocido. Iban al Prieuré como se va hacia una experiencia difícil, pero que -si Gurdjieff era quien se les había dicho- les abriría la puerta del Conocimiento.
El Prieuré correspondió a su esperanza.
Veintisiete años después, cuando Gurdjieff murió en París, su nombre era aún desconocido del gran público, su obra inédita, el lugar que ocuparía en la historia del pensamiento imposible de definir. Pero unas ideas habían sido transmitidas, y, por muy de lejos que viniesen -en efecto, las ideas de Gurdjieff parecen ligadas a una muy elevada y antigua tradición- habían hallado un terreno apropiado para germinar.
René Daumal y Luc Dietrich son, entre los escritores franceses, aquellos a quienes la enseñanza de Gurdjieff nutrió más directamente. André Rousseau, tras haber reconocido que el valor de una influencia espiritual se mide por la calidad de las obras que ella inspira, escribe en el "Figaro Littéraraire": "Si por ejemplo se nos probara que René Daumal debe realmente a Gurdjieff mucho de lo que estimamos y admiramos en él, nuestra admiración por Gurdjieff recibiría un gran refuerzo...". De hecho, Daumal siguió durante diez años, la enseñanza de Gurdjieff, y "Le Mont Analogue" dedicado a Alexandre de Salzmann, a través de quien Daumal había conocido a Gurdjieff, es una transposición poética muy transparente de la experiencia interior que Daumal y sus compañeros perseguían.
Tomas de posición apasionada se produjeron pro o contra Gurdjieff algunos años después de su muerte, cuando su nombre, al llegar al público, fue empleado abusivamente por gente que no lo había conocido. Así nacieron unos absurdos, a los cuales, claro está, nadie aportó jamás ni un atisbo de prueba.
Gurdjieff no cerraba su puerta a nadie.
Interesaría saber cuáles fueron las impresiones profundas del arzobispo de Canterbury cuando pasó un fin de semana en el Prieuré, o las de Louis Jouvet cuando lo visitó en París.

Biografía de George I. Gurdjieff

George I. Gurdjieff
1era. Parte

(Георгий Иванович Гюрджиев, Georgiy Ivanovich Gyurdzhiev o Gurdjiev), (Alexandropol, 13 de enero de 1866 – París, 29 de octubre de 1949), si bien se puede creer en su pasaporte la fecha de nacimiento databa del 28/12/77 en la ciudad de Alexandrópol (rusia), hasta entonces otomana, recién conquistada por el ejército del ruso.
Fue un maestro místico, filósofo, escritor y compositor ruso.
Nacido a finales del siglo XIX en la Armenia rusa, su principal obra fue dar a conocer las enseñanzas del Cuarto Camino en el mundo occidental.
Una personalidad misteriosa y carismática, con un agudo sentido crítico, y una elevada cultura tradicional, acaparó la atención de muchos, guiándolos hacia una supuesta evolución espiritual y humanitaria.
Falleció el 29 de octubre de 1949 en Fontainebleau, Francia.
Según los autores que han estudiado su obra, sus planteamientos constituyen un conjunto de ideas interrelacionadas muy revolucionarias, que pretenden guiar a la evolución consciente.
El máximo exponente de su obra es la figura del "Tigre de Turkestán".

Gurdjieff mostró que la evolución del hombre [...] es el resultado del crecimiento [y desarrollo] interior individual; que tal apertura interior es la meta de todas las religiones, de todos los caminos, [...] pero que requiere un conocimiento directo y preciso, [...] pero que sólo se puede adquirir con la ayuda de algún guía con experiencia y a través de un prolongado estudio de sí y del trabajo sobre sí mismo.» (de la Introducción de Perspectivas desde el mundo real, Ed. Sirio, España, pág 8.) Nació en la actual Armenia (frontera turco-rusa), en Alexandropol (un barrio griego de la provincia de Kars), territorio bajo dominación otomana, pero recientemente (1878) conquistado por los rusos durante la Guerra Ruso-Turca (= Nacionalidad mixta o irreconocible).
La fecha de nacimiento es incierta (01/01/1866, y hay que calcularla pensando en el antiguo calendario ruso, digamos finales del siglo XIX). De madre armenia, y el padre: un pastor y carpintero de origen griego (Ioannas Giorgiades). Gurdjieff tuvo una infancia difícil.
Su familia se mudó a la ciudad de Kars cuando niño.

Su padre había ganado una gran popularidad como Ashoj, es decir, como narrador y poeta. Era conocido con el nombre de Adash. Su padre tenía la costumbre de contarle algún cuento, sea sobre pueblos de la antigüedad, o acerca de hombres notables, sea sobre dios, la naturaleza y toda clase de maravillas misteriosas.


Siempre terminaba con algún cuento de las mil y una noches, de los cuales conocía tantos que con seguridad hubiera podido contárselos durante mil y una noches.

Tenía su padre un concepto claro, sencillo y perfectamente definido de la finalidad de la vida humana. Le solía decir a menudo que la aspiración fundamenta de todo hombre debía de ser conquistar su libertad interior y prepararse de ese modo una dichosa vejez.
Mas para alcanzarla, el hombre debía adquirir desde la infancia hasta la edad de los 18 años, unos datos que le permitieran obedecer sin desfallecimiento los cuatro mandamientos siguientes:

El primero: amar a sus padres.
El segundo: conservar su pureza sexual.
El tercero: manifestar igual cortesía a todos, ricos o pobres, amigos o enemigos, poderosos o esclavos, sea cual fuere la religión a la que pertenezcan; pero seguir siendo libre interiormente y nunca dar demasiada confianza a nada ni a nadie.
El cuarto: amar al trabajo por el trabajo mismo y no por la ganancia.


Cuenta Gurdjieff en su libro autobiográfico “Encuentros con Hombres Notables”, que su padre lo quería muy particularmente por ser el primogénito y ejerció sobre él una gran influencia. Con vistas a su educación utilizaba lo que el llamaba persecuciones sistemáticas. Tales persecuciones consistían en introducir furtivamente en su cama, una rana, una rata, una serpiente no venenosa, o cualquier otro animal capaz de provocar impulsos de asco, aversión, repugnancia, pusilanimidad, etc. Con la finalidad de llegar a cristalizar en él una actitud de indiferencia hacia todo lo que engendra habitualmente tales impulsos.
Entre todas estas persecuciones sistemáticas había una que angustiaba particularmente a los que le rodeaban, su madre, su tío, su abuela: consistía en hacerle salir todas las mañanas muy temprano de la cama, ir a la fuente para rociarse de agua helada y luego correr desnudo. Si trataba de oponerle la menor resistencia, nunca cedía, y a pesar de ser muy bueno y quererle mucho, no vacilaba en castigarle implacablemente.
Nos dice a este respecto gurdjieff: cuantas veces después recordé esos momentos, para darle las gracias con todo mi ser por lo que había hecho por mi. De otra manera nunca hubiera podido vencer las innumerables dificultades de mis viajes.


Su padre murió en 1917 a la edad de 83 años a manos de los turcos, cuando estos atacaron Alexandropol.
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Por su origen mixto, hablaba varios idiomas: ruso, turco, griego, armenio. En Kars, el padre Borsch (amigo de su padre), de la Iglesia Ortodoxa Rusa, se hace cargo de su enseñanza durante su juventud.




Al ser su primer maestro el padre Bros, arcipreste de la iglesia militar de Kars, Gurdjieff nos recuerda los diez principios que le inculcó el viejo sacerdote para que en su mayoría de edad fuera un hombre y no un inútil.

1. La espera de un castigo para toda desobediencia.
2. La esperanza de recibir una recompensa sólo si es merecida.
3. Amor a dios, pero indiferencia hacia los santos.
4. Los remordimientos de conciencia por los malos tratos infringidos a los animales.
5. El temor de causar pena a sus padres y educadores.
6. La impasibilidad hacia diablos, serpientes y ratones.
7. La alegría de contentarse con lo que se tiene.
8. La tristeza de haber perdido las buenas disposiciones de los demás.
9. La paciencia de soportar el dolor y el hambre.
10. El deseo de ganar su pan lo más pronto posible.


Hace un viaje cuando joven (Oriente, Asia), poco se conoce sobre su juventud hasta 1912, pese al relato autobiográfico que se encuentra en uno de sus libros "Encuentros con Hombres Notables"
Formulación de la Doctrina del Cuarto Camino con múltiples orígenes en diversas tradiciones (budismo, sufismo, hinduísmo, cristianismo ortodoxo oriental)
Otro personaje fue el padre Evlissi también conocido como Bogatchevsky. Con él Gurdjieff aprendió novedosos conceptos acerca del hipnotismo, espiritismo, magnetismo, autosugestión, etc.,
Y, además, un concepto muy peculiar acerca de la moral, que el dividía en dos clases principales: objetiva y subjetiva. La moral objetiva se fundamenta sobre los mandamientos que dios ha dado a través de la voz de sus profetas.
En cuanto a la moral subjetiva y que es meramente una invención humana, es diferente en cada lugar y está fundada con la comprensión particular que del bien y del mal se tenga en una epoca determinada; es decir, es relativa, en lo que la moral objetiva es absoluta.
Este padre llegó a ser asistente mayor en el monasterio de los hermanos esenios, que se encuentra a las orillas del mar muerto.
En sus viajes lejanos conoce gente con la cual luego forma un grupo (Los Buscadores de la Verdad) que continúa recorriendo lugares y absorbiendo conocimientos durante varios años. El viaje fue crucial para la recolección de las "tradiciones".
Fue así como conoció en Etchmiadzín o Vagjarchapat, como lo llaman los armenios y que es uno de los grandes centros religiosos del mundo, al Capitán Pogossian o señor x (hijo de pable en lengua Armenia), quien a la sazón se encontraba igualmente interesado en resolver esos y otros misterios, y junto con quien había llegado a la conclusión de que había algo cuyo conocimiento poseían los hombres de antaño, pero que por alguna razón hoy ese conocimiento estaba por completo olvidado.


Después conoció a Abraham Levlov, que era un Aisor, nombre que se les da a los descendientes de los antiguos asirios, y a quienes los armenios apodaban “ladrones de la cruz”. También conoció al príncipe Yuri Liubovedsjy, a Ekim Bey, a Piotr Karpenko y al profesor Skridlov. Todos ellos fueron los hombres notables con los que se encontró antes de aparecer en Rusia en año 1912.


Llega a Moscú luego de pasar más de 20 años de travesías, donde comienza a reunir un grupo de alumnos y forma el Instituto para el Desarrollo Armonioso del Hombre.

Conoce a la condesa Julia Olgipovna Ostrowska, se casan y permanecen juntos hasta que ella muere.

viernes, 4 de diciembre de 2009

LAS ENSEÑANZAS DE GURDJIEFF

La Doctrina Desconocida
Margaret Anderson

Siempre existió una exhortación general de silencio en relación a la enseñanza de Gurdjieff. «No hables acerca de G.», «No hagas proselitismo», «No eches perlas a los puercos ... », «No reveles conocimiento que nunca será comprendido». Esta admonición -creo- ha sido responsable de la mayor parte de los malentendidos que existen sobre Gurdjieff: la desconfianza, la mistificación, el escepticismo sobre su misión y su estatura moral.
Han sido publicados varios libros denigratorios sobre él, y no he visto que hayan sido refutados. Ouspensky, Nicoll y otros han escrito en su favor y sus obras han sido notables. Así se ha ido estableciendo un precedente contra el silencio. Pero mi impresión es que, aunque existen libros sobre el trabajo diario de los grupos, se nota la carencia de una introducción abstracta que ilumine los detalles concretos entregados.

No podría imaginar alguien tan presuntuoso como para proclamar un total entendimiento de Gurdjieff, o tan poco digno de confianza como para revelar aquellas partes de su enseñanza que sólo pueden trasmitirse en forma oral. Pero sí puedo imaginar fácilmente alguien tan indignado por su difamación que quisiera corregirla de alguna forma; no tratando de informar sobre la técnica de la enseñanza, sino indicando algunas de las ideas que conducen hacia la enseñanza.

Esta es mi meta: una introducción, no una exposición. Los mejores introductores que conozco han sido Orage y Jane Heap, y la mayor parte del material que presento aquí fue hecha por Jane. Ella nunca lo publicó y yo creo que debe ser conocido, si es que alguien quiere hablar sobre Gurdjieff en la forma correcta. Son sus abstracciones las que he considerado más iluminativas que cualquiera otras que se hayan escrito.

Las ofrezco en plena consciencia de que, después de haberlas asimilado, ustedes habrán conocido sólo un comienzo de lo que debe ser entendido y de lo que finalmente debe ser alcanzado después de haber entendido. Estas formulaciones hablan a la mente, y la mente sola no conduce al necesario «cambio de vida». Tengo la esperanza que sea notorio para cada uno lo poco que he violado la prohibición de silencio y lo mucho -espero- que pueda haber ayudado a deshacer parte del daño

que consciente o inconscientemente ha sido hecho.

Los tres centros:

Nos sentimos halagados de ser denominados seres tricerebrados, pero ese no es nuestro futuro porque dos de nuestros centros están llenos sólo con nuestros pasados hábitos.

Nuestros centros no se han desarrollado porque no los hemos llenado conscientemente. Todo lo que tenemos en ellos fue colocado en forma pasiva. El esfuerzo de este método es hacer trabajar los tres centros juntos.

Cualquier actividad en un ser humano que sea menos que tridimensional es subhumana.

Gastamos nuestras vidas vagabundeando, escapando de un error a otro.

La vida pasa a ser una discusión entre los tres centros- gusto o disgusto, sí o no. Todo nuestro tiempo y nuestra energía es gastado en esta discusión.

El hombre es tres personas diferentes, tres diferentes crecimientos, tres diferentes contenidos. Crecemos como si nos hubieran podado, con cada centro descompensando el otro.

Sólo una pequeña parte de nuestra vida está bajo control. Tal como somos, no tenemos voluntad. La voluntad es un estado de desarrollo, una posibilidad en un centro superior.

Todo lo que nosotros llamamos desarrollo en nuestra situación presente es una extensión de uno de los tres centros. Todo nuestro arte es sólo una extensión del centro emocional, etc.

Deseándolo tú no puedes añadir nada a tus tres centros. «Por más que el hombre lo desee, no puede añadir un codo a su estatura.» Está dicho en la Biblia. Debes tener un método, una técnica. Pero allí no aparece una técnica para el desarrollo. La técnica nunca ha sido escrita.

Las enseñanzas públicas de Cristo fueron dada en parábolas, dejando de lado la teoría y la técnica.

En su enseñanza privada, Gurdjieff presentaba ambas: la teoría y la técnica.

Cada ciencia tiene que crearse un vocabulario especial. El vocabulario de Gurdjieff es tan preciso como el de cualquier otra ciencia. Todos los términos en la Biblia fueron alguna vez términos técnicos precisos: «En la casa de mi Padre hay muchas moradas...», «Vuelve la otra mejilla...», «Ojo por ojo, diente por diente...»

Este método es una explicación matemática y material de la creación, mantenimiento y propósito del universo, lugar del hombre en ese universo, su función y deberes.

La obligación del hombre es operar con las leyes con las que opera el universo. Porque el hombre tiene un lugar único. La obligación va con ello.

El que seas consciente de tu lugar no es un don de la naturaleza. Tú debes encontrarlo por un esfuerzo consciente, no por esperanza. El hombre tiene una potencialidad acerca de la cual nada sabe. Estaba en la ciencia de los antiguos tiempos. Hemos perdido toda idea de esas potencialidades.

La vida no provee de una salida para ciertas potencialidades. Alguna gente tiene una poderosa prueba de que hay en ellos potencialidades por desarrollar.

Haz un esfuerzo por desarrollar un mayor órgano: tu desarrollo mental y emocional.

La Naturaleza quiso producir una forma autoevolucionante. El hombre es el más alto desarrollo posible de ello. La Naturaleza no puede hacer más. Nosotros debemos hacerlo. Todo posterior desarrollo requiere un esfuerzo consciente. Esto requiere una labor comparable a todo lo que la Naturaleza ha invertido en nuestro desarrollo desde milenios atrás.

En todas las creaciones de la naturaleza, una cierta actividad sigue a una cierta forma.

Somos un animal con una psiquis informe. Para que una psiquis tenga forma debe constar de tres partes.

Ha habido gran conocimiento en el mundo, pero extensas partes de él han sido borradas -por guerras, calamidades, etc.- igual que la tiza sobre un pizarrón. No obstante, encontramos pruebas extendidas por toda la tierra -si somos capaces de verlo- de un conocimiento superior: referencias a la Atlántida, Stonehenge, las Pirámides, la Esfinge, la arquitectura Maya, antiguos templos, etc.

Las grandes catedrales fueron construidas con un propósito consciente, para elevar por un momento la vibración de la gente. Esto fue un consciente intento de aplicar levadura a la masa.

El Método de Gurdjieff es un Método de Consciente Esfuerzo y Voluntario Sufrimiento contra la Inercia y la Repetición Mecánica.